Ipurbeltz
Ameztu Antzerkia
Cada persona vemos la vida de un color diferente y, a menudo, no nos damos cuenta de que los colores de los demás son tan válidos como el nuestro.
Para Zuhaitz la vida es color verde, para Arbi en cambio, morada. Cada uno ve las cosas de una forma diferente y no se entienden entre sí, pero lo que al principio parece un problema acaba convirtiéndose en un tesoro.
Cuando se ponen a trabajar y probar juntos las diferentes opciones, consiguen ver un mundo lleno de colores.