¡Dale Ramón!
Trapu Zaharra
“El gran colapso“ es el pretexto que una firma comercial tiene para lanzar su producto estrella: bunkers de alto standing. Para promocionarlo organizará un concurso en directo que se realizará sobre un “probaleku” portátil. El concursante se verá obligado a realizar diferentes pruebas para lograrlo. El público, al igual que en una “Idi-proba”, apostará en directo sobre la ejecución de cada ejercicio. Hablamos de concursitos humillantes, de cataclismos, de ansiolíticos…
La banda en sus inicios estaba formada por dos únicos compañeros sin muchas ambiciones. Sobrevivir y divertirse con los “golpes” pudieran ser sus máximas, algo que con el tiempo no ha cambiado.
Sus primeras intervenciones eran tímidas y de escaso botín pero ya se perfilaban algunos de sus talentos: audacia, morro, improvisación… tuvieron que pasar unos años hasta que llegó «EL VENGADOR ENMASCARADO» su primera gran campanada.
A partir de entonces los chérifes (programadores) empezaron a buscarles y ellos pusieron precio a sus cabezas. Eran los tiempos de «OCCIDENT PARADISE», «VISTO Y NO VISTO», «LOCOS»…
La formación de la banda varió dependiendo del volumen de los golpes. Todo esto ocurría durante los ochenta, una década marcada por la ilusión y el riesgo. Pero llegaron los noventa y todo cambió: se avecinaban tiempos difíciles. La proliferación de bandas, distribuidores corruptos y , por qué no decirlo , la videovigilancia entorpecieron sus movimientos.
La competencia de mercado les obligó a refinar sus golpes. Uno magistral les salvó de la debacle: «LA AVERIA». Fue su segunda gran campanada, nadie ha destrozado tantos coches a plena luz del día. Otra vez apareció su nombre en las listas de los perseguidos. La suerte empezó poco a poco a asomarse con escaramuzas que presagiaban lo mejor, y otra vez, como en los mejores tiempos los chérifes pisándoles los talones.
Con «EL CUARTO TENOR», «PAQUETITO» y sobre todo «ELVIS VETE YA» se divirtieron de lo lindo. El tiempo y la experiencia fueron convirtiéndoles en auténticos MAESTROS DEL DISIMULO. Sus fechorías eran la comidilla de todas las panaderías. No había año que no bajaran de los sesenta golpes, unos mejores que otros, pero ahí estaban. Los chérifes habían bajado la guardia y se colaban con cierta facilidad. La suerte estaba decididamente de su lado, no quiere decir que no tuvieran caidas pero se recuperaban con cierta celeridad.
Y llegaron al siglo veintiuno con «EL PISITO» un golpe con todas las características de su sello trapero: itinerancia, sorpresa, participación y mucho juego. Sin embargo, todo indicaba que otro gran cambio se avecinaba. Y así fue. Parte de su público decidía dormir durante el día, la otra parte les transformaba en «canguros involuntarios», los comercios acotaban las zonas de intervención, la discreción se apoderaba de la calle.Todo esto les pilla un poco con el pie cambiado, un poco más viejos y un poco más cansados.
Sus últimas escaramuzas ya no son tan itinerantes, con «TETRARIP» y sobre todo con «VISA VIS». Las sillas aparecen por primera vez en su historia, sin embargo sus dardos son más afilados y venenosos que nunca, sus rehenes nunca handisfrutado tanto con sus picotazos.
Avanzaba el siglo y de nuevo un futuro nada halagüeño se cernía sobre nuestras calles. Y así fue. El terracismo inundó las plazas como un tsunami alocado, los espacios se perimetraron, las mascarillas ocultaron las sonrisas… Nuestros golpes tuvieron que adaptarse a los malos tiempos, nuestras intervenciones fueron de pequeño formato, casi vietnamitas, pero enormemente eficaces: LA CONGA, SEFINÍ, TURISTREANDO…
POR HACER UN FAVOR puede que sea nuestro penúltimo golpe, pero si así no lo fuera, queremos dar las gracias a tod@s los que hicieron posible este sueño o esta estafa.